22 de octubre, 2019 14:15
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A partir de la suba en los aranceles del transporte, la población chilena consideró que la situación ya es intolerable. Un país que se quiso vender al resto del mundo como un proyecto estable de crecimiento y desarrollo, hoy revela todas sus contradicciones con miles y miles de personas en las calles, denunciando este país para pocos, funcional a las élites, con una desigualdad desbordante, un costo de vida altísimo; con la vivienda, la educación y la salud inaccesibles, con un gobierno de empresarios, mercaderes, banqueros y arlequines de rodillas ante los dueños del mundo, castigando a su propia gente. Los grandes medios masivos, que responden a las castas amenazadas por las protestas, hablan de disturbios, hablan de descontrol, hablan de excesos y sedición. Pero es la gente en la calle, un país de pie que exige lo más básico que puede pedir un pueblo: Justicia, igualdad, trabajo y soberanía. Chile despierta. América latina está con ustedes! Leer más
A partir de la suba en los aranceles del transporte, la población chilena consideró que la situación ya es intolerable. Un país que se quiso vender al resto del mundo como un proyecto estable de crecimiento y desarrollo, hoy revela todas sus contradicciones con miles y miles de personas en las calles, denunciando este país para pocos, funcional a las élites, con una desigualdad desbordante, un costo de vida altísimo; con la vivienda, la educación y la salud inaccesibles, con un gobierno de empresarios, mercaderes, banqueros y arlequines de rodillas ante los dueños del mundo, castigando a su propia gente. Los grandes medios masivos, que responden a las castas amenazadas por las protestas, hablan de disturbios, hablan de descontrol, hablan de excesos y sedición. Pero es la gente en la calle, un país de pie que exige lo más básico que puede pedir un pueblo: Justicia, igualdad, trabajo y soberanía. Chile despierta. América latina está con ustedes!