20 de febrero, 2017 08:31
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La perversión del golpe de estado del 4 de febrero y la acción del 27 de noviembre hicieron una maroma en la que la clase dirigente y el pueblo, creyeron que actuarían en contra de la corrupción, lo cual ha ido en contra de los principios democráticos y constitucionales de la clase dirigente y las FANB. Prueba de ello lo veremos el 5 de marzo cuando el gobierno americano nos de la sentencia de los familiares presidenciales y junto a ello observamos la última desición del Departamento del Tesoro cuando clasifican y catalogan internacionalmente a Venezuela, como un narcoestado. Todo ello significa que el venezolano no tiene un Estado que se ocupe del ejercicio del poder, sino de la negociación del comercio; pasando de un estado débil a un sistema alacena de la droga y lo que califica a Venezuela como una amenaza extraordinaria. El conocer esto es para que reaccionemos con una acción cívica a objeto de reconstruir las estructuras del estado y deje de ser un estado débil a un estado republicano, en el que sólo los venezolanos lo podemos lograr. El elemento militar venezolano es hoy un gran riesgo para la sociedad y para el Estado. Leer más
La perversión del golpe de estado del 4 de febrero y la acción del 27 de noviembre hicieron una maroma en la que la clase dirigente y el pueblo, creyeron que actuarían en contra de la corrupción, lo cual ha ido en contra de los principios democráticos y constitucionales de la clase dirigente y las FANB. Prueba de ello lo veremos el 5 de marzo cuando el gobierno americano nos de la sentencia de los familiares presidenciales y junto a ello observamos la última desición del Departamento del Tesoro cuando clasifican y catalogan internacionalmente a Venezuela, como un narcoestado. Todo ello significa que el venezolano no tiene un Estado que se ocupe del ejercicio del poder, sino de la negociación del comercio; pasando de un estado débil a un sistema alacena de la droga y lo que califica a Venezuela como una amenaza extraordinaria. El conocer esto es para que reaccionemos con una acción cívica a objeto de reconstruir las estructuras del estado y deje de ser un estado débil a un estado republicano, en el que sólo los venezolanos lo podemos lograr. El elemento militar venezolano es hoy un gran riesgo para la sociedad y para el Estado.