09 de junio, 2020 16:06
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En Junio, festejábamos (o casi) que era muy sano lo que estaba pasando: lo que ocurría, mejoraba la calidad de los debates. Se saludaba que exista un sector de derecha, conservador, que exprese su ideología (no estamos de acuerdo en este modo de organizar la sociedad, y mucho menos con el rol de estado que propones, así que nosotros vamos por acá). Haces un partido político, y la sociedad elige. Si todo fuera por estos carriles, se podría celebrar la democracia de otra manera. El problema es cuando se comulga y de promueve la mentira. Hacemos política y hablamos de política inconscientemente todo el tiempo. Es charla entre amigos, es posteo de face, es charla familiar, etc. El problema es creer que la política viene a "empiojar" esas expresiones. Lo importante es que las mentiras no prosperen, que los medios de comunicación masivos no sean operadores de uno de los sectores de poder, que los organismos de inteligencia no hagan "tarea" para deslegitimar a dirigentes políticos y sociales. En la intervención de Vicentín (de la cual ya no se habla) estaba inmerso el debate más importante de todos: cual es el rol que debe tener el estado en sectores estratégicos que hoy están en manos de caníbales. Leer más
En Junio, festejábamos (o casi) que era muy sano lo que estaba pasando: lo que ocurría, mejoraba la calidad de los debates. Se saludaba que exista un sector de derecha, conservador, que exprese su ideología (no estamos de acuerdo en este modo de organizar la sociedad, y mucho menos con el rol de estado que propones, así que nosotros vamos por acá). Haces un partido político, y la sociedad elige. Si todo fuera por estos carriles, se podría celebrar la democracia de otra manera. El problema es cuando se comulga y de promueve la mentira. Hacemos política y hablamos de política inconscientemente todo el tiempo. Es charla entre amigos, es posteo de face, es charla familiar, etc. El problema es creer que la política viene a "empiojar" esas expresiones. Lo importante es que las mentiras no prosperen, que los medios de comunicación masivos no sean operadores de uno de los sectores de poder, que los organismos de inteligencia no hagan "tarea" para deslegitimar a dirigentes políticos y sociales. En la intervención de Vicentín (de la cual ya no se habla) estaba inmerso el debate más importante de todos: cual es el rol que debe tener el estado en sectores estratégicos que hoy están en manos de caníbales.
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