Recortes de audio

  1. FM 97une

    06/08/2022

    13:21

    Con motivo de la segunda edición de su libro TREINTA MIL VECES TE QUIERO, hablamos con nuestro compañero periodista y escritor Emiliano Guido, sobre lo que significó su escritura, su militancia en los 90 en la Plata, su historia de identidad, búsqueda y reivindicación política entre todas y todos de nuestros padres y madres, de los 30.000. HIJOS de 30000, con Clara Bacchini, Arturo Depratti Ramírez Avella, Claudia Bellingeri, Silvina Arias, Lucía García Itzigshon, Ramón Inama, Camilo Ríos, Luis Iramain. Sábados de 13 a 14 horas por FM 97 UNE

  2. FM 97une

    16/04/2022

    13:39

    Arrancamos las columnas del año con un libro que nos interpela y nos habla a la vez de aquellos años en los que HIJOS La Plata aparecimos por primera vez. Emiliano nos lleva de la mano a través de sus palabras a esa década de los 90, aquella en la que entendimos que habíamos nacido en la lucha de nuestras madres y padres, y que tal vez ellas y ellos podían vivir en la nuestra. HIJOS de 30000, con Clara Bacchini, Arturo Depratti Ramirez Abella, Claudia Bellingeri, Silvina Arias, Lucía García Itzigshon, Ramón Inama, Camilo Ríos, Luis Iramain. Sábados de 13 a 14 horas por FM 97UNE

  3. FM La Patriada

    Soles de Trasnoche

    21/02/2019

    00:04

    El juego de los autos por Emiliano Guido. De nene jugaba con mis abuelos a mirar el paso de los autos por la ventana de casa. Cada equipo elegía un color; si un participante tomaba, por ejemplo, el rojo y pasaba una tanda de Renault 12 granates, ese ganaba, y así. Eran los años 80 en Bahía Blanca, había dos canales de televisión, y, en comparación, con el parque automotor de ahora, el de entonces era chiquitito así, como el tamaño de los coches de juguetes al lado de los de verdad. Jugábamos los sábados o domingos; los finde, claro, hay menos tránsito, así que los intervalos entre auto y auto podían ser bien largos. Pero, la cosa era así, mis abuelos y yo vivíamos juntos, no es que venían de visita y pintaba ese juego. Habitábamos la misma casa, y a ellos y a mí nos unía la misma ausencia: la desaparición de mí vieja en la dictadura, que era su hija. Y, sí, mientras pasaban los Chevy, los Fiat 128 y los Ford Sierra, tenía la siguiente fantasía: mis papás, porque mí viejo también fue desaparecido por la dictadura, tocaban timbre. En ese momento, el juego de los autos iba a terminar, todos íbamos a pegar un salto de alegría hasta el techo, después iban a caer los amigos, los primos, los tíos y festejaríamos con pasta, vino, una torta rica rica. Y mis viejos me iban a dar la copa del campeón del juego de los autos. Eso nunca sucedió, por supuesto. Lo que pasaba siempre era otra cosa: cuando abuelo, abuela, o yo llegaba a cinco o seis puntos, el match llegaba a su fin. Después, lo de siempre, pasar el día juntos afilados al abismo de un dolor. Cuánto paso de eso? Como 40 años, una bocha, 10 mundiales, ¿presidentes? bastantes. Hoy declaré en un juicio oral que juzga a los culpables de la desaparición de mis padres, medio kafkiano todo. Lo hice por cámara y conté lo que dije o me contaron tantas veces: una tarde una patrulla de buitres se llevaron a mis viejos, me dejaron con los vecinos, ah todo eso era en Mar del plata. Que haya castigo a los genocidas. No es lo que más me moviliza sin embargo. Ellos, los milicos del Terrorismo de Estado son los suplentes, como dice la jefa; entonces, yo quiero ganarle a los titulares, el imperio, las corporaciones, Cambiemos. Hoy dije eso, lo otro. Papeleos. Como en el juego de los autos, mí sueño es otro, quiero que el pueblo meta un gol de media cancha, o con la mano, como el Diego contra los ingleses, que lindo estuvo esa tarde, salí corriendo en el patio de mí tía como Maradona y de paso buscaba a papá mamá para darles un abrazo de gol. Entonces, en que estábamos, ah el juicio, sí fui testimonie, toda la bola. Pero, lo más importante no me lo preguntaron, ¿los extrañas, los necesitas? Hubiera dicho, un montón. Pero, saben qué, hubo un partido, un juego, que no nos ganaron ustedes, los suplentes de Cambiemos, los milicos genocidas, yo a mis viejos los amo un montón, y también a sus compañeros, y el pueblo, o buena parte de él, también los ama.