Recortes de audio

  1. LARZ

    NO ESTOY SOLO

    02/12/2023

    11:09

    (...) como dijimos aquí hasta el hartazgo, el voto de Milei fue el voto “anticasta” (en primera vuelta) más el voto “cambio como sea” en la segunda. Aquí no aparece “el ajuste”; aparece la necesidad de salir de la mala situación reinante pero no se sigue de allí un acuerdo con el contenido de las medidas que se implementarán para salir. De hecho, si bien no se sabe en qué porcentaje, no fueron pocos los que votaron a Milei en tanto incapaz de hacer lo que promovía. Lo habíamos dicho aquí también. Ese voto era una suerte de valoración de la impotencia, casi un resguardo. Donde sí aparecía la idea de ajuste era en el voto duro mileista, en aquel 30% que podría verse como un voto plebeyo antiprivilegios. “De la patria es el otro” a “El ajustado es el otro” significaba, entonces, que votar “anticasta” era votar que el ajuste lo pague la política. Todo esto basado, claro, en la objetivamente poco fundamentada noción de que los problemas macroeconómicos de la Argentina obedecen al “gasto de los políticos”. Pero aun equivocados, se trataba de una revancha: “Que la paguen ellos”. ¿Esperanza de bienestar? Ninguna. Más bien, necesidad de hacer tronar el escarmiento. (...)

  2. LARZ

    NO ESTOY SOLO

    02/12/2023

    10:06

    -Editorial: Que el ajustado sea el otro -En Grandes Entrevistas: David Bowie para Playboy en 1976 (parte 2) -En Literatura: episodio 5 de Ray Bradbury. Leemos “El asesino” -Música: el cantante italiano Samuele Bersani y su Cinema Bersani

  3. LARZ

    NO ESTOY SOLO

    25/11/2023

    10:07

    -Editorial: Jokers, antiestatismo popular y clases magistrales -En Grandes Entrevistas: David Bowie para Playboy en 1976 -En Literatura: episodio 4 de Ray Bradbury. Leemos “El marciano” -Música: Cat Power canta a Dylan

  4. LARZ

    NO ESTOY SOLO

    25/11/2023

    11:08

    Lo veníamos diciendo hace años: algo se estaba gestando subterráneamente. Mientras la política hablaba el lenguaje de “los derechos” había un cambio “socio-antropológico” de base. Esa transformación, acelerada por la pandemia, era una transformación de la subjetividad. Mientras consumíamos perones y evitas andiwarholeados y nos trepábamos a las modas de los sobreescolarizados, la épica del héroe colectivo era reemplazada por la del “individuo roto”. Esa romantización de la marginalidad y la lumpenización se fue de las manos. Se acababa la era del Eternauta. Llegaba el momento del Joker. Cuando unos pocos tienen derechos, los derechos devienen un privilegio (...)

  5. LARZ

    NO ESTOY SOLO

    11/11/2023

    11:07

    Esta glorificación del cambio en sí mismo como último escalón del “que se vayan todos” es el “que venga cualquiera”. Y nótese que aunque parece lo mismo, o una consecuencia directa, no lo es. De hecho, podría decirse que la crisis de representación de 2001 no fomentaba “que venga cualquiera”. En todo caso, afirmaba que los que estaban eran responsables y que lo que tenía que venir era mejor. Tenía que ser distinto y mejor, no cualquiera. Si el resultado nos gustó más o menos es otra cosa pero mucha gente, al menos hasta el 2015, creyó que lo que vino fue mejor. Ocho años y dos malos gobiernos después, el escenario es otro. De aquí que podría decirse que hoy hemos trepado, o descendido, según como se lo mire, claro está, un escalón más en la degradación del sistema y la crisis de representación. Como cualquier cosa es mejor que lo que hay, se equivocan quienes consideran que la ruptura del sentido común, la racionalidad y todos los consensos democráticos básicos que realiza Milei y su tropa suponen un costo político para su espacio. Es al revés, justamente: es porque rompen con todo que son votados. Entonces ni siquiera hace falta una promesa de futuro o una esperanza. Alcanza con prometer que lo que hay ya no va a estar. Lo decía Milei en la entrevista donde él confiesa pretender que estalle todo. Allí, cuando el periodista le responde que eso perjudicaría a mucha gente, especialmente a los que menos tienen, Milei lo acepta pero agrega que, si bien será así, al menos, esta vez, también pagará el estallido la casta privilegiada. Sabemos que esto es falso pero va en línea con el sentir de mucha gente que cree no tener nada que perder, y lo único que quiere es igualdad en el desamparo. No es una promesa de estar mejor sino una certeza de que todos van a estar tan mal como ellos. En este sentido, la “justicia social” de Milei, que no es, claro está, la abrazada por el peronismo, es una revancha contra determinados privilegios. Es un “yo me voy a hacer mierda pero ustedes también”.