14 de mayo de 2019 a las 11:36
Duración: 13:18
Sin trabajo, no hay solución digna para nuestros pobres ni desarrollo cierto de nuestra Patria. Todo lo demás es por añadidura. Educación, salud, vivienda, son meras consecuencias (no causas) de cómo se gana la vida. Para los humildes de nuestro Pueblo lo primero es la fuente de trabajo, recién después lo demás. Así es el mundo del pobre, de la negrada. Su mundo real. Sin trabajo por delante, no sabe para qué educarse, la casita de material es un lujo asiático y su salud será precaria. Y esos malos amigos: andar al pedo, dormir poco, joder mucho, comer mal y salteado, chupar, la merca, el delito, acosan a su vulnerable, marginal existencia. Todo compromiso se le vuelve una carga insoportable… en especial los embarazos no deseados. Potencian al máximo su angustia de vivir, multiplican la injusticia que le tocó en suerte: Por eso, toda política imperial exige su ejército de reserva (los desocupados) El pleno empleo tiene una dimensión ética que el sistema jamás admitirá. Porque la igualación del Pueblo, el emparejamiento de oportunidades, la dignidad de la existencia humana, son funcionales a la liberación y antagónicas al imperialismo. La Propiedad Social de los Medios de Producción a través de las Empresas del Estado son instrumentos políticos del Pueblo para la liberación de Argentina y la Patria Grande. Los mercados libres no existen. Son una utopía del sistema capitalista. Aunque los negros conurbargentos de Rosario, Córdoba, Mendoza, Tucumán, Paraná, Corrientes, Buenos Aires no conozcan a Heidegger, Sartre, Fanon, Camus, Borges, Gelman, Oesterheld… son existencialistas. Cuando se le pregunta a un rico qué es, tal vez le parezca una pregunta absurda, de respuesta obvia, y a su vez conteste con otra: ¿Cómo que qué soy?... Una persona, un ser humano… Pero, si se le pregunta a un pobre, la respuesta será: costurera, pintor, ama de casa, electricista, maestra, albañil, cocinera, chofer, enfermera, soldador, moza, carpintero, sirvienta… porque el trabajo es su identidad, aquello que lo define… Laburar, para nosotros, es fundamental. Porque aquello que somos, depende de aquello que hagamos. La forma que tenemos de ganarnos el pan es nuestro vínculo primero y principal con el mundo. Sin él, sin un trabajo, somos nadie. Así de cruel es la desocupación para nosotros. Porque nuestro laburo es una necesidad. Solo los ricos pueden verlo como una opción. El pobre sabe que lo que consiga lo tiene que aceptar. Tal vez algún día encuentre algo mejor, pero hoy, ahora, labura de lo que hay. Agacha la cabeza y labura. Noche y día, como un buey. Y muchas veces ese algo mejor nunca aparece: hoy, ahora, es toda la vida. Contra esas existencias de mierda, tan obligatorias como una condena, se yergue el pleno empleo. Muy otra es la mirada cuando el esclavo endereza su espalda y mira al poder directo a los ojos. Muy otra la mirada del esclavo… y la del poder también. Todo cambia. Ya nada es como es antes. Así pasó en la Argentina ’73-’76.
Creado por MLN26
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