18 de marzo, 2020 00:05
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Quique Pesoa lee el cuento de la gran escritora argentina (el audio comienza más tarde): Este es el comienzo del cuento: "Nomás llegó, fue a la cocina a si estaba el mono. Estaba y eso la tranquilizó: no le hubiera gustado nada tener que darle la razón a su madre. ¿Monos en un cumpleaños?, le había dicho; ¡por favor! Vos sí que te creés todas las pavadas que te dicen. Estaba enojada pero era por el mono, pensó la chica: era por el cumpleaños. -No me gusta que vayas –le había dicho-. Es una fiesta de ricos. -Los ricos también van al cielo –dijo la chica, que aprendía religión en el colegio. -Que cielo ni cielo –dijo la madre-. Lo que pasa es que a usted, m´hijita, le gusta cagar más arriba del culo. A la chica no lo parecía nada bien la manera de hablar de su madre: ella tenía nueve años y era una de las mejores alumnas de su grado. -Y voy a ir porque estoy invitada –dijo-. Y estoy invitada porque Luciana es mi amiga. Y se acabó. -Ah, sí, tu amiga- dijo la madre. Hizo una pausa-. Oime, Rosaura –dijo al fin-, ésa no es tu amiga. ¿Sabés lo que sos vos para todos ellos? Sos la hija de la sirvienta, nada más. Rosaura parpadeó con energía: no iba a llorar. Ella iba casi todas las tardes a la casa de Luciana y preparaban juntas los deberes mientras su madre hacía la limpieza. Tomaban la leche en la cocina y se contaban secretos. A Rosaura le gustaba enormemente todo lo que había en esa casa. Y la gente también le gustaba. -Yo voy a ir porque va a ser la fiesta más hermosa del mundo, Luciana me lo dijo. Va a venir un mago y va a traer un mono y todo. La madre giró el cuerpo para mirarla bien y ampulosamente apoyó las manos en las caderas. -¿Monos en un cumpleaños?-dijo-¡Por favor! Vos sí que te creés todas las pavadas que te dicen. Rosaura se ofendió mucho. Además le parecía mal que su madre acusara a las personas de mentirosas simplemente porque eran ricas. Ella también quería ser rica, ¿qué?, si un día llegaba a vivir en un hermoso palacio, ¿su madre no la iba a querer tampoco a ella? Se sintió muy triste. Deseaba ir a ésa fiesta más que nada en el mundo. -Si no voy me muero -murmuró, casi sin mover los labios... Leer más
Quique Pesoa lee el cuento de la gran escritora argentina (el audio comienza más tarde): Este es el comienzo del cuento: "Nomás llegó, fue a la cocina a si estaba el mono. Estaba y eso la tranquilizó: no le hubiera gustado nada tener que darle la razón a su madre. ¿Monos en un cumpleaños?, le había dicho; ¡por favor! Vos sí que te creés todas las pavadas que te dicen. Estaba enojada pero era por el mono, pensó la chica: era por el cumpleaños. -No me gusta que vayas –le había dicho-. Es una fiesta de ricos. -Los ricos también van al cielo –dijo la chica, que aprendía religión en el colegio. -Que cielo ni cielo –dijo la madre-. Lo que pasa es que a usted, m´hijita, le gusta cagar más arriba del culo. A la chica no lo parecía nada bien la manera de hablar de su madre: ella tenía nueve años y era una de las mejores alumnas de su grado. -Y voy a ir porque estoy invitada –dijo-. Y estoy invitada porque Luciana es mi amiga. Y se acabó. -Ah, sí, tu amiga- dijo la madre. Hizo una pausa-. Oime, Rosaura –dijo al fin-, ésa no es tu amiga. ¿Sabés lo que sos vos para todos ellos? Sos la hija de la sirvienta, nada más. Rosaura parpadeó con energía: no iba a llorar. Ella iba casi todas las tardes a la casa de Luciana y preparaban juntas los deberes mientras su madre hacía la limpieza. Tomaban la leche en la cocina y se contaban secretos. A Rosaura le gustaba enormemente todo lo que había en esa casa. Y la gente también le gustaba. -Yo voy a ir porque va a ser la fiesta más hermosa del mundo, Luciana me lo dijo. Va a venir un mago y va a traer un mono y todo. La madre giró el cuerpo para mirarla bien y ampulosamente apoyó las manos en las caderas. -¿Monos en un cumpleaños?-dijo-¡Por favor! Vos sí que te creés todas las pavadas que te dicen. Rosaura se ofendió mucho. Además le parecía mal que su madre acusara a las personas de mentirosas simplemente porque eran ricas. Ella también quería ser rica, ¿qué?, si un día llegaba a vivir en un hermoso palacio, ¿su madre no la iba a querer tampoco a ella? Se sintió muy triste. Deseaba ir a ésa fiesta más que nada en el mundo. -Si no voy me muero -murmuró, casi sin mover los labios...