27 de septiembre, 2018 22:05
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La primera vez que la dignidad peronista me puso en mi lugar, fue cuando critiqué a Perón, desde mi soberbia clasemediera, adelante de Marga, la señora que me cuidó toda mi infancia y adolescencia. Una mujer sublime, que amo y amaré por siempre. Tipeo las letras de su nombre e inevitablemente lloro. Leer más
La primera vez que la dignidad peronista me puso en mi lugar, fue cuando critiqué a Perón, desde mi soberbia clasemediera, adelante de Marga, la señora que me cuidó toda mi infancia y adolescencia. Una mujer sublime, que amo y amaré por siempre. Tipeo las letras de su nombre e inevitablemente lloro.