13 de julio, 2019 20:04
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El 18 de julio de 1994, cuando explotó la bomba en la AMIA, Luis se desempeñaba como jefe de Guardia del hospital y fue uno de los cientos de médicos que asistió a los más de 300 heridos por el atentado. "Creo que estuvimos más de dos días sin dormir. Fueron jornadas muy muy duras. Era tan difícil recibir los pacientes en las condiciones que se recibían, pacientes muy jóvenes, niños. Uno trata de borrarlo y no pensar en esto, porque es algo muy duro, deja marcas muy fuertes en uno". Leer más
El 18 de julio de 1994, cuando explotó la bomba en la AMIA, Luis se desempeñaba como jefe de Guardia del hospital y fue uno de los cientos de médicos que asistió a los más de 300 heridos por el atentado. "Creo que estuvimos más de dos días sin dormir. Fueron jornadas muy muy duras. Era tan difícil recibir los pacientes en las condiciones que se recibían, pacientes muy jóvenes, niños. Uno trata de borrarlo y no pensar en esto, porque es algo muy duro, deja marcas muy fuertes en uno".