El 23 de abril a la medianoche, personas privadas de su libertad dentro del penal de Devoto se sumaron a la protesta por una mejora sanitaria dentro de los Centros de Detención ante la confirmación del primer agente penitenciario con Coronavirus. Recordamos que esta semana hubo conflictos en la Unidad 23 de Florencio Varela, en la Unidad 1 de Corrientes y en la Unidad 10 de Melchor Moreno. "Nos negamos a morir en la cárcel", dice la bandera que encabezó la protesta y que se ve desde el otro lado de los muros. Las personas privadas de la libertad exigen medidas de seguridad para enfrentar la pandemia y que los que tienen penas menores o están a punto de cumplirlas puedan ser beneficiados con arresto domiciliario. Esto no suena descabellado ya que es un beneficio se le otorgó incluso a genocidas. Para entender mejor esta situación conversamos con familiares que se encontraban en la puerta del penal de Devoto. Ellas denuncian haber sido fuertemente reprimidas con golpes y gas pimienta . "Lo único que pedimos es que los jueces nos escuchen. Que escuchen las voces de los chicos" , decía Jésica, esposa de Juan Manuel Rojas. La mujer, que se encuentra haciendo huelga de hambre, agrega: "Están en riesgo. Tienen emergencia sanitaria. No tienen barbijos. Les llegaron hace dos días, pero sin el elástico. Era un chiste y la comida le llega podrida." . Por otra parte, María Verónica Sampolini manifestó que a su esposo le negaron la domiciliaria pese a que se encuadra dentro del grupo de factor de riesgos por problemas respiratorios. "No solo no tienen elementos, sino que no tienen la distancia social que hay que conservar para no contagiarse".