Don Cande, Lino, Sandra y el profesor Uribe están de camino a la mansión de El
Mochuelo, con una maleta hasta arriba de billetes y con los nervios a flor de
piel. Lo único que le calma son las rayas de coca que le pinta Don Cande. El
narco está tranquilo, al fin y al cabo su día a día consiste en rendir cuentas
a los demás. Ya comienza a sospechar de Lino, siempre estaba en otro sitio en
los momentos más inoportunos... demasiadas casualidades.
Llegan a casa de El Mochuelo, el plan es el siguiente: Uribe entrará sólo en
la casa de El Mochuelo mientras Sandra, don Cande y Lino le esperan en el
coche. Tendrá que ser firme, convincente y no ceder nada ante los matones que
le esperan. Entregará el dinero y el trato quedará cerrado. Sandra se quedará
con Uribe.
Pero, ¿conseguirá el licenciado salir ileso de esta vida peligrosa?
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Don Cande, Lino, Sandra y el profesor Uribe están de camino a la mansión de El
Mochuelo, con una maleta hasta arriba de billetes y con los nervios a flor de
piel. Lo único que le calma son las rayas de coca que le pinta Don Cande. El
narco está tranquilo, al fin y al cabo su día a día consiste en rendir cuentas
a los demás. Ya comienza a sospechar de Lino, siempre estaba en otro sitio en
los momentos más inoportunos... demasiadas casualidades.
Llegan a casa de El Mochuelo, el plan es el siguiente: Uribe entrará sólo en
la casa de El Mochuelo mientras Sandra, don Cande y Lino le esperan en el
coche. Tendrá que ser firme, convincente y no ceder nada ante los matones que
le esperan. Entregará el dinero y el trato quedará cerrado. Sandra se quedará
con Uribe.
Pero, ¿conseguirá el licenciado salir ileso de esta vida peligrosa?
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