AM 740.0
Para un emprendimiento nacido del proyecto de liberación nacional de Juan Domingo Perón, no hay calma posible en el orden colonial norteamericano. Ya en 1944, EEUU había decidido que no debía permitir el desarrollo industrial de otros países, para poderlos inundar con sus productos. Pues bien, SOMISA, 1947, es la respuesta siderúrgica y pesada de Perón. El ARS, 1948, la respuesta naval e industrialista. La CONEA, 1950, la respuesta nuclear y energética. Etc. No hay coexistencia pacífica posible entre el Estado Empresario liberador y la ambición imperialista destructora, responsable de las penurias del mercado interno argentino y el freno al auto abastecimiento industrial de bienes y servicios. El Plan Naval Argentino establece que, para transportar la mitad de lo que entra y sale del país, al barrer, se necesitan por lo menos de 118 graneleros, cuyo precio, burdamente aproximado, sería quizá de unos U$ 23 millones cada uno, mas otros 39 petroleros de mínima, a razón de U$ 33 millones por buque, mas 14 portacontenedores, de aproximadamente U$ 35 millones cada barco. Esto suma 171 buques y U$ 4.491 millones, a lo largo de 35 años de producción, es decir, unos 5 buques/año, ininterrumpidamente, a un precio total aproximado de U$ 129 millones/año… Como se ve, un rango asaz inferior al recurso genuino que provee el FODINN. Comparando ahora los 35 años de trabajo genuino con las maniobras financieras del ex presidente del Banco Central, Luis Caputo, que consiguiera U$ 15.000 millones de crédito externo, y que fugó en 90 días, a razón de U$ 5.000 millones/mes antes de renunciar… la violencia política de la situación resulta más que evidente. Puede decirse sin temor a equivocarse que Argentina no tiene plata para el trabajo naval de la producción de buques, aunque sí para la timba financiera y el endeudamiento externo. Entonces, lo que está pasando es una agresión geopolítica a la Patria argentina y su Pueblo trabajador, ya que, en el contexto atroz del hambre y la desocupación, se privilegia la especulación financiera mientras se traba la producción de bienes y servicios. Y ese privilegio a la timba es de tal magnitud que Caputo fugó en un golpe,100 años de industria naval argentina. Esto sitúa el mayor problema en el área de la política y no en el de la economía, ya que, con lo fugado en el fraude del Banco Central en apenas 90 días, habría bastado para subsidiar al 100% un total de 3 Planes Navales, es decir, unos 410 buques a lo largo del siglo… Una vez más, los políticos profesionales de la partidocracia demoliberal han subordinado a la colonia norteamericana a su mandante, la embajada. Nuevamente, el péndulo liberal-keynesiano ha hecho su trabajo capitalista. La calesita de la dependencia ha dado otra vuelta sobre su eje geopolítico, el propio trabajo ha sido destruido por la renta a cambio de nada y los pobres de Argentina salen endeudados de por vida, para siempre.
Caputo y la timba financiera se comieron en 3 meses 100 años de industria naval Argentina .
hace 4 años, 5 meses por paresia